Maestro Francisco Come y Duerme
22nd November 2019
Categorized Under: Playscripts
Comments Off on Maestro Francisco Come y Duerme
SUSCRIBETE A NUESTRO CANAL DE YOUTUBE
Este cuento “MAESTRO FRANCISCO COME Y DUERME” ni ningun otro cuento o guion publicado en este sitio web Kidsinco.com esta a la venta, y no deberan republicarse totalmente o parcialmente en ningun otro sitio web, blog, o foro. Si desea compartirlos, le agradeceríamos colocara un vinculo/liga/link hacia nuestro sitio web: Kidsinco.com
Favor de leer nuestras Condiciones de Uso
MAESTRO FRANCISCO COME Y DUERME
Había una vez un maestro zapatero que se llamaba Francisco, pero al que todos le decían Francisco Come y Duerme, ya que él era muy flojo y en lugar de trabajar se la pasaba todo el día comiendo y durmiendo.
Francisco tenía cinco hijas muy hermosas y bondadosas, y todas tenían que salir a trabajar para poder comer. Cuando llevaban el dinero a casa, su padre lo tomaba, se salía con sus amigos, y se lo gastaba todo.
Finalmente, un día la mayor de sus hijas le dijo: “Padre, tienes que salir a trabajar, y hacerte un hombre responsable. El dinero no nos alcanza para comer ni para vestir, y lo poco que tenemos tú te lo gastas con tus amigos”. Francisco no dijo nada, ya que sabía que su hija tenía razón, así que no le quedo más remedio que salir a trabajar, entonces tomo su caja de madera, un martillo, y se fue. Cuando iba caminando por las calles del pueblo, Francisco gritaba: “¡Reparo zapatos!, pero nadie se le acercaba porque ya lo conocían. Todos sabían que era muy flojo y no querían tener nada que ver con él.
Francisco siguió caminando por todas las calles, y no logro reparar ningún zapato. Ya había anochecido cuando el iba pasando por una gran mansión, de pronto escucho una voz que le dijo: “Entre, quiero que repare mis zapatos”. Francisco entro, y lo recibió una extraña mujer que llevaba en sus manos un par de zapatos, y le dijo: “Tome, le pagare lo que me pida por reparar mis zapatos”. El zapatero se sentó, y reparo los zapatos lo mejor que pudo, entonces la mujer le dijo: “Sé que tienes tienes cinco hijas. Estoy enferma y necesito quien me cuide, ¿Por qué no envías a una de tus hijas a cuidarme y servirme?”. “Por supuesto que sí”, le contesto Francisco. “Mañana enviare a mi hija mayor a trabajar con usted”.
Al día siguiente, la hija mayor del zapatero se presentó en la mansión de aquella extraña mujer, que le dijo: “Me alegra que hayas venido, querida. Siéntate y dame un beso. Quiero que aquí seas feliz, y que vivas con comodidad. Como puedes ver, estoy enferma y la mayor parte del tiempo tengo que estar acostada, así que tú te encargaras de la limpieza de esta casa”. Después, la mujer le dio una escoba para que inmediatamente empezara a barrer, y continuo diciendo: “Ahora tengo que ir a mi habitación a recostarme, por favor acompáñame para que empieces a limpiar”.
Las dos se dirigieron a la habitación de la mujer, quien al entrar se fue hacia su cama, se acostó, y se tapó con una sábana. La joven empezó a limpiar, y cuando se puso a barrer debajo de la cama vio una cola roja muy larga que se asomaba entre las sábana. Ella se aterrorizo, y pensó: “¡Pobre de mí!. ¿Dónde he venido a parar?. ¡Esta mujer es una diabla!”. Entonces le dijo a la mujer: “No me siento bien. Regresare a mi casa, y tan pronto me sienta mejor volveré, se lo prometo”. Rápidamente se dirigió a su casa, y al contarle a su familia lo que había visto, su padre dijo: “No creo nada de lo que dices, y estoy seguro de que no quieres trabajar. Era una buena oportunidad para tener más dinero. ¡Esa mujer es muy rica!. Así, que yo iré en tu lugar, pero el dinero que gane, será solo mío”.
El zapatero se presentó en la mansión, y al estar adentro pensó: “Este lugar es muy grande, y tiene muchas habitaciones que tendré que limpiar, pero eso no importa. Además de dinero, podre vestir bien, y comer como un rey”.
Después de varios días, el zapatero ya estaba muy gordo, ya que era más lo que comía que lo que trabajaba, entonces la mujer lo llamo a su habitación. Al entrar, la habitación estaba un poco oscura, así que él se acercó a la cama, y la mujer le dijo: “Francisco, quiero agradecerte tu ayuda. Has mantenido esta casa muy limpia, y estoy muy contenta contigo. No entiendo por qué la gente del pueblo dice que eres un flojo, ya que aquí no has parado de limpiar, y de comer. ¡Veo que ya estas más gordo, y eso me hará sentir muy satisfecha!”. Entonces, la diabla lo tomo por los pies, y se lo comió de un solo bocado.
AUTOR: CUENTO POPULAR ITALIANO
ADAPTADO POR: K I D S I N C O