Lluvia de Dinero
28th February 2015
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LLUVIA DE DINERO
PERSONAJES:
NARRADOR
HOMBRE RICO
SIRVIENTE
MULTITUD (sirvientes)
HOMBRE POBRE
GUION:
NARRADOR: Había una vez un hombre muy rico que construyo una lujosa mansión. Cuando estuvo terminada, el se mudo allí con sus sirvientes. La primera noche en su nuevo hogar, el les dijo.
HOMBRE RICO: Pensé que nunca viviría en esta mansión.
SIRVIENTE: Este lugar fue construido especialmente para usted.
HOMBRE RICO: Tiene todo lo que siempre quise tener. Un hermoso jardín con flores exóticas, candelabros de oro, paredes y pisos de mármol, y las alfombras más finas.
SIRVIENTE: Estoy muy feliz por usted, señor.
HOMBRE RICO: Estoy muy cansado. Ha sido un largo día, puedes irte a descansar.
SIRVIENTE: Muy bien, señor, buenas noches.
HOMBRE RICO: Buenas noches.
NARRADOR: El sirviente salió de la recamara, y el hombre rico se preparo para irse a dormir. Pero tan pronto se había recostado en la cama, escucho una voz muy extraña que decía.
VOZ: ¿Puedo bajar?.
HOMBRE RICO: ¿Quien esta allí?. ¿Quien eres?.
NARRADOR: El hombre se levanto y miro a su alrededor, pero no había nadie en la recamara. Después escucho la voz nuevamente.
VOZ: ¿Puedo bajar?.
HOMBRE RICO: ¿Donde estas?. ¿Quien se está escondiendo en mi recamara?.
VOZ: ¿Puedo bajar?.
NARRADOR: El hombre estaba muy asustado. No podía ver a nadie, así que se vistió, salió de su recamara, y se dirigió al cuarto de su sirviente.
HOMBRE RICO: ¡Abre la puerta!. ¡Abre la puerta!.
NARRADOR: El sirviente abrió la puerta y se sorprendió al ver a su amo.
SIRVIENTE: ¿Señor, que le sucede?.
HOMBRE RICO: Hay alguien en mi recamara. ¿A quién dejaste entrar cuando yo no estaba aquí?.
SIRVIENTE: A nadie, señor.
HOMBRE RICO: ¿Entonces, quien está en mi recamara?. Claramente escuche que alguien me hablaba, pero no vi a nadie.
SIRVIENTE: Iré a ver quien esta allí.
HOMBRE RICO: ¡No, no vayas!. Presiento que algo malo podría sucederte.
SIRVIENTE: ¿Entonces, que hacemos?.
HOMBRE RICO: Ya no quiero estar aquí. Mañana regresare a mi antigua casa.
SIRVIENTE: Pero señor, usted espero tanto tiempo para vivir aquí. Esto es lo que usted siempre quiso tener. ¡Esta es su mansión!.
HOMBRE RICO: Ya te lo dije, es mi decisión. Diles a todos que empaquen sus pertenencias, nos iremos mañana muy temprano.
SIRVIENTE: Como usted ordene, señor.
NARRADOR: A la siguiente mañana, el hombre rico y sus sirvientes se regresaron a su antigua casa. La gente del pueblo decía que la mansión estaba encantada, que allí vivía un espíritu malvado, y por eso nadie quería ir allí. Un día, un hombre que era muy pobre y que vivía en la calle con su familia, fue a visitar al hombre rico.
HOMBRE RICO: No te conozco. ¿Qué quieres?.
HOMBRE POBRE: Oh, por favor señor, ayudeme. Estoy muy desesperado. Mi familia y yo vivimos en la calle. Nuestro techo es el cielo y las paredes el horizonte. No tenemos comida, y mi familia depende de mí, y yo ya he perdido toda esperanza. Le ruego, que por favor, me permita vivir en su mansión. Sé que esta vacía, pero solo le pido que me deje pasar allí el invierno con mi familia.
HOMBRE RICO: Tus palabras me han convencido, pero debes saber que la mansión no está vacía. ¿Sabias que allí vive un espíritu malvado?.
HOMBRE POBRE: Eso es lo que dice la gente, pero no me importa. No quiero que mi familia pase el invierno en la calle. ¡Hace mucho frio!.
HOMBRE RICO: Muy bien, puedes quedarte allí.
HOMBRE POBRE: ¡Muchas gracias!
NARRADOR: Ese mismo día el hombre pobre y su familia se fueron a vivir a la mansión. Pero en la noche, cuando ya todos estaban dormidos, escucho un voz muy extraña.
VOZ: ¿Puedo bajar?.
HOMBRE POBRE: Si, si puedes bajar.
NARRADOR: Repentinamente, una lluvia de monedas de oro bajaron del techo y cayeron al suelo.
HOMBRE POBRE: ¡Basta!.
NARRADOR: Unos cuantos minutos después, se detuvo la lluvia de monedas de oro.
HOMBRE POBRE: ¡Esto es maravilloso!. Esta no es una mansión encantada, esto es un milagro. Tengo que decirle lo que está sucediendo aquí. ¡El debe saberlo!.
NARRADOR: Al siguiente día, el hombre pobre fue a hablar con el hombre rico.
HOMBRE RICO: ¡No te creo!.
HOMBRE POBRE: Debe creerme, porque le estoy diciendo la verdad. Venga conmigo, y pase la noche en su mansión para que lo compruebe.
HOMBRE RICO: Tienes razón. Tengo que verlo con mis propios ojos.
NARRADOR: Esa noche, el hombre rico fue a la mansión, y cuando los dos estaban en la recamara, escucharon la extraña voz.
VOZ : ¿Puedo bajar?.
HOMBRE RICO: Si, puedes bajar.
NARRADOR: Repentinamente, muchas monedas de oro bajaron del techo.
HOMBRE POBRE: ¡Esto es maravilloso!. Mire, está lloviendo monedas de oro. Puedo sentirlas en mis manos. ¡Es un milagro!.
HOMBRE RICO: ¡No!. No son monedas de oro, son horribles arañas. ¡No!. !No!. Aléjense de mí, no me toquen. ¡Te regalo esta mansión, ya no la quiero!.
NARRADOR: El hombre rico huyo precipitadamente de la mansión, y el hombre pobre vivió allí con su familia, donde noche tras noche continuo la lluvia de monedas después de que escuchar aquella misteriosa voz. Y desde entonces, se dedico a ayudar a los más pobres y necesitados que vivían en el pueblo, recordando que el también había sido pobre la mayor parte de su vida.
FIN
Autor: Leyenda de la India
Adaptado por K I D S I N C O
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