Ricitos de Oro
8th May 2019
Categorized Under: Cuentos y Audiocuentos en Español
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RICITOS DE ORO
Había una vez tres osos que vivían en su cabaña en el bosque. Eran el papa oso, la mama osa, y él bebe osito.
Una mañana, después de hacer su sopa para cenar, salieron a pasear mientras la sopa se enfriaba. Mientras estaban caminando, una pequeña niña llego a su casa. La niña tenía su cabello largo, rubio y rizado, y todos la llamaban Ricitos de Oro.
La niña toco a la puerta, como no respondió nadie, abrió la puerta, entro a la casa y dijo: “¡Hola, hola!. ¿Hay alguien en casa?”. La casa estaba en completo silencio, y lo primero que vio fue una mesa con tres platos de diferente tamaño, y dijo: “¿Quién se comerá esta sopa si no hay nadie aquí?”. Se acercó al plato grande y probo la sopa del papa oso, pero estaba muy caliente. Después, se acercó al plato mediano y probo la sopa de la mama osa, pero estaba muy fría. Finalmente probó la sopa del plato pequeño del bebe osito, y estaba perfecta para ella, así que se la comió toda, y después dijo: ¡Mmm, que sopa tan deliciosa!.
Después entro en otra habitación y dijo: “¡Esta casa esta preciosa, aquí debe de vivir gente muy buena!”. Entonces vio allí tres sillas. Se sentó en la silla grande del papa oso, pero está muy dura. Después se sentó en la silla mediana de la mama osa, pero estaba muy blanda. Finalmente se sentó en la silla pequeña del bebe osito, y estaba perfecta para ella, pero hizo tanta fuerza para acomodarse que la rompió, y cayó al suelo.
La niña se levantó, y decidió entrar a otra habitación, y dijo: “¡Que hermosa recamara!”. Allí vio tres camas. Primero se acostó en la cama grande del papa oso, pero estaba muy dura. Después se acostó en la cama mediana de la mama osa, pero estaba demasiado blanda. Finalmente se acostó en la cama pequeña del bebe osito, y estaba perfecta para ella, cerró los ojos y dijo: “Esta cama es tan cómoda, y tengo tanto sueño que me dormiré un rato”.
Mientras dormía, los tres osos regresaron de su paseo por el bosque para cenar. Miraron la mesa y el papa oso dijo con voz potente: “Alguien ha estado probando mi sopa”. La mama osa dijo: “La mía también”. Y el osito bebe dijo tristemente: “Alguien se comió toda mi sopa”.
Después fueron a la otra habitación, y el papa oso miro su silla y dijo con su gran voz: “Alguien se ha sentado en mi silla”. La mama osa dijo: “En la mía también”. Y él bebe osito dijo llorando: “Alguien se ha sentado en mi silla, y la rompió”. El papa oso agrego: “¡Debemos buscar al ladrón!”.
Con mucho cuidado entraron a la recamara, y el papa oso dijo con su fuerte voz: “Alguien ha estado acostado en mi cama”. La mama osa dijo: “En la mía también”. Y cuando él bebe osito se acercó a su cama, vio que la niña estaba dormida, y dijo sorprendido: “Alguien se ha acostado en mi cama, y aquí está”.
La voz del osito despertó a Ricitos de Oro, quién salto de la cama, atravesó las habitaciones, y salió corriendo por el bosque. Corrió y corrió hasta que llego a la casa de su abuelita, y le conto todo acerca de la casita en el bosque y de los tres osos, entonces su abuelita le dijo: “Ay querida, tienes mucha imaginación”.
AUTOR: Adaptado por K I D S I N C O, basado en el cuento original de Robert Southey – 1837