Hilda, La Gigante Bondadosa – Cuento para Niños
9th March 2023
Categorized Under: Cuentos y Audiocuentos en Español
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HILDA, LA GIGANTE BONDADOSA
Hace muchos años vivía en la tierra una poderosa raza de gigantes. Eran tan altos como las colinas y habitaban en enormes castillos tan grandes como las montañas. En realidad, para ellos el mundo era un lugar muy pequeño, pero lo amaban, así como todas las cosas hermosas que hay en él. Adoraban la luz del sol, el canto de los pájaros, los verdes campos, los bosques, los ríos, y el cielo azul. Siempre al amanecer admiraban el bello paisaje y después recorrían las vastas montañas, pero nunca bajaban a caminar por los amplios valles.
El rey de los gigantes era un hombre muy bondadoso, tanto con su pueblo como con sus hijos, y por eso todos lo amaban y respetaban. Hilda, la más pequeña de sus hijos era una niña muy hermosa a la que le encantaba caminar por el mundo, y además amaba a los pequeños animales a los que consideraba unos juguetes ya que pensaba que eran muy interesantes. Incluso, en varias ocasiones sorprendió a su padre llevándole un oso o un elefante bebe.
Un día, como de costumbre, ella salió a caminar. Atravesó los valles y las montañas, hasta que sin darse cuenta se alejó del castillo. Finalmente, se detuvo a descansar en lo alto de una montaña y desde allí vio un mundo extraño y desconocido. Repentinamente, vio a un hombre que araba la tierra montado sobre un caballo, y exclamo: ¡Qué lindos juguetes encontré! ¡Qué simpática es la criaturita, y los animales serán mis mascotas preferidas! ¡Debo tenerlos todos! Hilda se inclinó y después de tomar con sus enormes manos al hombre y al caballo, se fue apresuradamente a su casa a contárselo a su padre.
“¡Mira qué hermosos juguetes he encontrado!” ella le dijo, mientras corría hacia el gran castillo.
“Mi querida niña”, dijo el buen Rey, “estos no son juguetes. Debes regresar y dejarlos donde los encontraste, y recuerda que nunca debes volver a tocarlos. Este es un hombre, y tiene esposa e hijos en casa. Seguramente estarán muy tristes si él no regresa con ellos. Poco a poco, el mundo entero les pertenecerá a las pequeñas criaturas como este hombre, y nosotros dejaremos de existir.
La hija del rey se puso muy triste al escucharlo ya que no quería renunciar a esos juguetes que parecían tan divertidos. No obstante, ella tenía un corazón muy bondadoso y amaba profundamente a su padre, además sabía que él comprendía las cosas mucho mejor que ella. Entonces, llevo de regreso al hombre y al caballo al lugar donde los había encontrado.
El hombre se alegró mucho cuando ella lo dejó nuevamente en el campo, y más aún cuando vio a su esposa y a sus hijos, quienes se alegraron de volver a verlo ya que pensaban que algo terrible le había sucedido.
Después, Hilda regreso feliz a su casa, y nunca se arrepintió de haber renunciado a sus juguetes.
AUTOR: MARIE H. FRARY Y CHARLES M. STEBBINS – 1909