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KIKIMORA

Cuando ella llega a una casa, lo hace para quedarse y sin ninguna intención de abandonarla.  Ella es Kikimora, un espíritu femenino del hogar en la mitología eslava. 

La leyenda dice que Kikimora llega al mundo del más allá cuando sucede algo perturbador, como cuando fallecen bebes antes de ser bautizados, o cuando los padres maldicen a sus hijos. Pero la manera más interesante en que se crea es cuando un gato negro salta sobre una tumba reciente, entonces el cadáver se levanta convirtiéndose en Kikimora. Cuando este espíritu llega a manifestarse, lo hace tomando diferentes formas; puede aparecer como una hermosa mujer de cabello largo, o como una horrible anciana deforme con patas de gallina, de conejo, o de perro. 

Generalmente esta criatura demoniaca vive en casas abandonadas, pero se siente atraída hacia aquellas que se encuentran cerca de un cementerio, viviendas incendiadas, o donde alguien murió de causas no naturales.  Cuando entra a las casas, lo hace a través del ojo de la cerradura, es por eso que las personas dejan las llaves puestas en la cerradura, o la obstruyen con pedazos de papel para que no pueda ingresar.  No obstante, si logra hacerlo, entonces se esconde en los rincones oscuros y húmedos, o detrás de la estufa desde donde emite chillidos similares a los de un ratón, especialmente durante la noche. 

Desafortunadamente, cuando este espíritu obscuro se posesiona de una casa es casi imposible poder ahuyentarlo, y mucho menos mantenerlo feliz.  El reacciona negativamente y causa problemas si los habitantes generan energía negativa con su comportamiento, o si son muy desordenados y mantienen el lugar sucio.  Entonces, al anochecer y para evitar que concilien el sueño, empieza a silbar, hace mucho ruido, lanza las ollas y los sartenes al aire, abre y cierra las puertas, y rompe los platos. Por el contrario, si la familia conserva la casa impecable y en perfecto orden, actúa como un espíritu protector, mediante señales les advierte sobre posibles peligros, cuida las mascotas, a los animales de granja, lava los platos, hornea el pan, y ayuda en los quehaceres del hogar.

Otro aspecto que caracteriza a esta entidad, es que sale de su escondite durante la noche y pasa algunas horas tejiendo sin hilo, luego se dedica a recorrer la casa sigilosamente. Al llegar frente a la puerta cerrada de alguna habitación, entonces entra a través de la cerradura. Estando adentro, permanece un rato sin moverse, simplemente observando a la persona que yace sobre la cama para asegurarse de que está completamente dormida.  Después, se le acerca lentamente y con su poder sobrenatural la atormenta con terribles pesadillas, intenta estrangularla, o llega a causarle la temible parálisis del sueño.  Sin embargo, si la persona se encuentra despierta y siente su presencia, entonces debe mantener su vista fija en la almohada o en alguna ventana para evitar verla, porque si lo hace las enfermedades, desgracias, y la mala suerte la perseguirán por el resto de su vida.

Si se sospecha que Kikimora vive en la casa, la única manera de disuadirla para que no destruya la vida de sus ocupantes, es haciendo lo siguiente:  Mantener todo limpio, esto incluye lavar las ollas y sartenes con te de helecho; colocar enebro en el gallinero debido a que a ella le gusta robarse los huevos; y finalmente, orar con devoción antes de dormirse. 

Desgraciadamente, no existe una manera para de poder sacarla permanentemente del hogar. 

AUTOR: MITOLOGIA ESLAVA

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