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EL LOBO IMPRUDENTE

Cierto día el león salió de su cueva para buscar alimento.  Camino hacia el Norte, Sur, Este, y Oeste, y cuando ya empezaba a desesperarse porque tenía mucha hambre, vio a un venado que dormía tranquilamente debajo de un árbol.  Con mucho cuidado se le acerco, y sin compasión salto sobre el terminando instantáneamente con su vida.  Después de haber saciado su apetito, sintió un profundo sueño, y cuando se dirigía a su cueva a descansar, se encontró con un lobo en el camino.  El lobo se dio cuenta de que no tenía ninguna posibilidad de escapar de allí con vida, por lo que se lanzó a los pies del león con la intensión de que lo perdonara.  “¿Qué es lo que quieres?”, le pregunto el león. “Quiero que me dejes ser tu sirviente”, le contesto el lobo.  “Muy bien”, dijo el león, “serás mi sirviente, y te aseguro que mientras estes a mi lado nunca te faltara comida”. Posteriormente, los dos se fueron juntos a la cueva del león.

Al día siguiente el león se despertó muy temprano, y le dijo al lobo: “Todos los días iras a lo alto de la montaña, y desde allí veras si en la pradera hay elefantes, caballos, o venados.  Si los llegas a ver, vienes rápidamente y me dices: ‘Gran león, ven con toda tu majestuosidad.  Hay comida a la vista.’ “A continuación, yo iré para devorarlos, y te daré una parte de su carne para que tú también te alimentes”.

Así fue como día tras día el lobo trepaba a lo alto de la montaña, y al ver un caballo, venado, o elefante, el regresaba a la cueva y cayendo a los pies del león, le decía: “Gran león, ven con toda tu majestuosidad.  Hay comida a la vista”.  Luego, el león iba y devoraba cualquier animal, y con mucho gusto compartía su carne con el lobo. 

El lobo nunca en su vida había comido tanto, y a medida que pasaba el tiempo engordaba más y se hacía más fuerte.  Un día en que se sentía realmente orgulloso de su apariencia, pensó: “Ahora estoy más grande y soy más fuerte. ¡Me siento tan poderoso!.   ¿Si es así, entonces por qué debo de vivir día tras día de la comida que me da el león?  Mañana matare a un elefante y me lo comeré yo solo”.  Decidido fue a buscar al león, y le dijo: “Ahora yo quiero matar a un elefante para comérmelo después.  ¿Me dejas que me quede en tu cueva mientras tu subes a la montaña y buscas uno para mí?. Y cuando lo encuentres vienes a la cueva y me dices: ‘Gran lobo, ven con toda tu majestuosidad.  Hay comida a la vista’.  Entonces yo iré y matare al elefante”.  El león lo miro incrédulo, y le contesto: “Lobo, solamente los leones pueden matar elefantes.  El mundo nunca ha visto que un lobo pueda matar uno.  Deja de creer eso, y come lo que yo te doy”. 

Sin embargo, el león no logro convencer al lobo, de modo que le dijo: “Esta bien, has lo que quieras.  Quédate en mi cueva, y yo subiré a lo alto de la montaña”.   Así lo hizo, y cuando vio al elefante, regreso a su cueva, y dijo: “Gran lobo, ven con toda tu majestuosidad.  Hay comida a la vista”.  Al escuchar esto, el lobo salió y corrió muy alegremente hacia donde se encontraba el elefante, y aullando tres veces, como un resorte salto sobre su víctima.  No obstante, fallo en su intento y al caer cerca del elefante, murió aplastado bajo su enorme pata. 

Al ver lo que sucedió, el león dijo tristemente: “Lobo imprudente, ya nunca vendrás con toda tu majestuosidad”

CUENTO JATAKA

ADAPTADO POR: KIDSINCO

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